Original URL: http://www.prensahispanaaz.com/edicion/educacionsalud/notas/aca.htm

Academia del Pueblo
Prensa Hispana (AZ) La esperanza para los niños migrantes
Del 1 al 7 de octubre del 2003.  Edición: 626.
Phoenix, AZ.
Librada Martínez

La apertura de la Academia del Pueblo, en la Calle Segunda y la Avenida Durango, en Sur Phoenix, cambió la imagen de ese barrio, hasta hace unos años, asolado por malvivientes y prostitutas.

El edificio albergaba una escuela del Distrito Escolar Phoenix Union que fue cerrada debido al ruido y las molestias que provocaban los aviones por la proximidad del Aeropuerto Sky Harbor.

“Réntenmelo”, les dijo Luis Ibarra, presidente de Friendly House, a las autoridades escolares, quienes finalmente le vendieron el edificio.

“Era un cochinero”, recuerda Ibarra: ventanas y puertas quebradas, sin techo, montañas de basura, olores pestilentes, no había pavimento en los alrededores, no había luz.

Las labores de reacondicionamiento fueron arduas, ya cuando el edificio quedó más o menos habitable Friendly House albergó ahí a los estudiantes adultos de inglés y ciudadanía, clases gratuitas que ofrece la organización sin fines de lucro a inmigrantes hispanos.


Pero luego surgió la idea de convertirlo en una escuela charter bajo el modelo de Academias del Pueblo del Concejo Nacional de La Raza.

En 1994 y gracias a fondos federales, abrió sus puertas lo que hoy se conoce como Friendly House Charter School, Academia del Pueblo.

Desde entonces, muchos cambios ha operado la escuela.

Un día, Ibarra coincidió con el alcalde de Phoenix, Skip Rimsza; éste le contó de un proyecto de urbanización por la Avenida Thomas y Avenida 35.

“Dése una vuelta por la escuela, ahí está cerca de su oficina”, invitó Ibarra Rimsza atendió la visita y el también activista comunitario aprovechó para enseñarle las carencias de pavimento y de un buen camino por el cual los niños pudieran andar y los padres llevar a sus hijos a la escuela.

El alcalde mandó de inmediato pavimentar los alrededores de la Academia del  Pueblo.

“Son comunidades pobres, pues, (las autoridades) no se fijan en estos barrios”, dice Ibarra.

Escuela digna
La Academia del Pueblo cuenta ahora con casi 250 estudiantes desde preescolar hasta el octavo grado, casi todos son hispanos provenientes de familias de escasos recursos.

Y todos estudian en instalaciones dignas en cuya construcción han contribuido organizaciones y particulares.

La compañía de APS donó un potente alumbrado en el campo que permite a los estudiantes y a los vecinos, aventarse una “cascarita” de futbol en la noche.

Los Diamondbacks de Arizona pusieron los recursos para las gradas del campo, los Phoenix Suns también contribuyeron con una resistente cancha de basquetbol.

Otras compañías pusieron los columpios y una enorme carpa para que los niños jueguen en la sombra.

“Yo pido de lo mejor, si me van a dar algo que no va durar mejor les digo que mejor no me den nada”, dice Ibarra.

La academia tiene aire acondicionado, laboratorio de computación y la infraestructura necesaria para la enseñanza de los niños.

Educación y cultura

Las autoridades de la Academia del Pueblo han insistido en la necesidad de que los estudiantes conserven su idioma y sus raíces culturales.

“A mí me da gusto que los padres nos den las gracias porque sus hijos pueden hablar español con sus abuelos”.

A los niños se les enseña en los dos idiomas de tal manera que cuando se gradúan salen bilingües.

“Esta escuela es para que los niños aprendan y terminen la escuela”, dice Ibarra quien habla de la deserción escolar de los hispanos la cual, dice, en los barrios mexicanos de Estados Unidos alcanza hasta el 75 por ciento.

“Si esto pasara a los niños güeros, los gringos no lo aceptaran, pero como pasa con los mexicanos no dicen nada, por eso las políticas de Tom Horne (el Secretario de Educación) ‘no caza’ con nosotros”.

“Nuestro idioma es como los cimientos que sostienen los columpios, es lo que nos mantiene atados a nuestra cultura, nuestras raíces”, dice Ibarra emocionado. Luego habla de la religión, la comida, las canciones, “pero el idioma es lo principal”.

“Vas a México, con tu piel oscura y te preguntan si hablas español, ¿qué vas a contestar?, no, no podemos permitir que esto pase”.

Educación de calidad

La mayoría de los niños provienen de familias de escasos recursos, con problemas de desintegración y violencia intrafamiliar, dice Carlos Córdova, profesor de preescolar.

De ahí que el aprovechamiento académico de los estudiantes varíe. “Depende de cada niño”, dice Córdova.

Hay algunos niños de familias tan pobres que no tienen que comer en casa. “Por eso aquí todos comen y repiten las veces que quieran, aquí nadie se va a ir sin comer”, dice Ibarra.

Luego agrega en lo que se refiere a la educación de estos niños: “Hay que recordar que los niños que vienen aquí son aquellos con los que las escuelas regulares no quieren batallar, aquí nosotros los recibimos y no los vamos a correr, vamos a hacer todo para que este estudiante salga adelante”.

A esto hay que añadirle que se trata de estudiantes migrantes, que entran y salen de la escuela a lo largo del año.

“El 50 por ciento de mis estudiantes se fueron el año pasado”, señala el mentor. Para la directora del plantel, Desireé Castillo, el problema no radica en la incapacidad de aprender del niño, sino en la barrera del idioma.

“Pero claro que pueden aprender a leer y escribir en inglés, pero necesitan su tiempo”.

Para la enseñanza, la Academia del Pueblo utiliza el método de Alfabetización Simultánea que permite que los alumnos lean, escriban, escuchen y hablen en los dos idiomas.

“La idea es que al entrar a la preparatoria los estudiantes sean bilingües”, dice. “Lo que queremos es que estos niños tengan las mismas oportunidades que otros, que no sean ignorados por el sistema de educación”, puntualiza.